domingo, 29 de noviembre de 2009

Las seis canciones III.



3. Hatul VeHatula. Boom Pam.

¿Cómo les sonaría la siguiente combinación de instrumentos? Dos guitarras, una tuba y una batería. La idea como tal es interesante. Por un lado se ahorraron mantener en la alineación de la banda a un bajista gordo –nada personal- sustituyéndolo por una tuba. Ese simple elemento le da otro carácter a la música de esta banda de Tel-Aviv.

Por obvias razones su sonido es difícil de definir. Es rock, eso es innegable (el look y la actitud los delatan, aunque al verlos nos recuerdan a esas bandas setenteras que tu papá escucha) pero también es folk, música mediterránea y surf puro. La sensación que te invade al seguir el ritmo de la tuba te hacen sentir como en una boda judía (de esas que todos hemos visto en la T.V.).

Para mí la música de Boom Pam es un recuerdo. Recuerdo de una tarde de abril o mayo en el bosque de Tlalpan, en aquel memorable festival Ollin Kan, bailando en círculo con una bola de desconocidos al ritmo de un buen ejemplo de la fusión musical contemporánea.

Nota: Por cierto no sé qué significa Hatul VeHatula. Siento que si lo averiguo perdería parte de su encanto.

2. Hermetico. Balkan Beat Box (BBB).

¿Cómo demonios se colaron en mi lista dos bandas israelíes? Ni yo mismo lo sé. Pero para el caso particular de BBB la respuesta es simple: su propuesta musical habla por sí misma. Hoy, ya no recuerdo como fue que di con esta banda. También hoy, sé que lo que me dejaron fue un grato recuerdo. Fue en aquel concierto en el Zócalo – que presumo fue uno de los mejores que he vivido.

Con BBB no hay límites en ningún sentido. Las fronteras musicales, políticas, físicas o de nacionalidad no importan cuando se trata de música. Esta música pone a bailar al mundo por igual, no distingue entre credos, razas, colores o banderas. Además, esta música puede sonar a tantas cosas y a la vez a algo nuevo. Es folk, gypsy, electrónica, pop (en el mejor de los sentidos), rock.

En síntesis, para mí, sin su sonido y espectáculo energético, la escena musical de hoy y parte de mi memoria estarían incompletas.


domingo, 22 de noviembre de 2009

Las seis canciones II.

5. Loco. Andrés Calamaro.

Del disco Alta Suciedad. Después de un titulo así ¿Qué más se puede agregar? De Calamaro se pueden decir muchas cosas. Argentino, Músico, intérprete, compositor, productor, etc. En síntesis se trata de una de las más grandes figuras del rock en Latinoamérica. Bien a bien no se puede encasillar la música de este argentino como sólo rock pues acostumbra mezclar una gran variedad de géneros. Así, sus éxitos pueden pasar por el jazz, funk, folk, el tango, blues y un largo etc., con todas sus combinaciones posibles.

Sobre la letra y la música de esta canción en particular verán que el efecto es el mismo: dan ganas de caminar. Caminar por el simple gusto de hacerlo, sin un rumbo fijo. Despreocupado y a la vez ocupado en disfrutar pues ¡el tiempo es muy poco!

4. Diablo Rojo. Rodrigo y Gabriela.

Una mujer, un hombre y sus guitarras. No parece mucho, parece poco espectacular pero en 4:57 min. este par de guitarritas mexicanos nos llevan en un recorrido alucinante por tantas emociones que uno acaba por sentirse fatigado de tan sólo imaginarse el desgaste físico que debe significar para los ejecutantes interpretar esta canción. ¡A ver quien es el guapo que toca esto en el Guitar Hero!

Rodrigo y Gabriela son un par de músicos mexicanos, prácticamente desconocidos por acá, – que raro eso casi nunca pasa- que son casi de culto por allá en Europa, principalmente en el Reino Unido e Irlanda. En sus años de juventud estuvieron a punto de firmar con su banda de metal con una disquera importante. Algo sucedió en el camino y el contrato no se dio, así que decidieron irse aprobar suerte. El resultado: la están rompiendo y bien con eso de la guitarra clásica. Escucharlos es delirante, sacan sonidos y ritmos realmente de otro mundo.

Es mi humilde opinión pero si deciden acercarse a su música les recomiendo escuchar, además de esta canción, las de Tamacún, Ixtapa o su versión de Stairway to Heaven.
Buenas noches y hasta luego. (¡Ah, no perdón! eso es de otro blog).

viernes, 20 de noviembre de 2009

Las seis canciones.

Podrían ser 3, 7 o 22. La verdad es que es un número arbitrario. Lo sé y no me importa. Si no están de acuerdo hagan su lista y quizá les ponga un comentario en su blog.

Para esta entrada, en un ataque de egocentrismo, me dio por compartir con ustedes algunas de mis canciones preferidas. Como seguramente dejaré muchas canciones realmente buenas o importantes para mí fuera de esta lista, de antemano me disculpo con sus autores, intérpretes, fans o personas cuyo recuerdo es evocado por esas melodías que no cupieron en esta estrecha y poco parcial lista.

El conteo no es fácil. Si estas canciones aparecen es porque a algún momento de mi vida me remiten, me inspiran alguna idea, inquietan mi ser o simplemente hacer mover mis pies. No pienso entrar en discusiones intrascendentes sobre calidad, estilo o virtuosismo ni darle gusto a nadie. Sin más, vamos a darle.

6. Caminando. Ganja.
Esta banda mexicana de reggae logró con esta canción que a todos nos den ganas de ir a la playa. La paz, la quietud y la cadencia que transmiten sus notas y su letra hacen que todos – los de confeso o reprimido espíritu rastafari- sientan unas ganas incontenibles de caminar en la arena (preferentemente detrás del objeto de nuestras bajas pasiones). Con una letra equivalente al Hakuna Matata, unas líneas de teclado y batería de fondo, verdaderamente la música invita a caminar. El ritmo obliga a andar con pasitos cadenciosos y calmados. Total, ¡no hay prisa de llegar!


domingo, 15 de noviembre de 2009

Oxímoron II.

Hoy comienzan otro día. Quizá hoy todo sea diferente, pero apenas se aleja esa idea de sus cabezas se dan cuenta de lo endeble e incierto de sus pensamientos. Más solos que nunca, notan que lo único que les queda es mendigarle al día por instantes exclusivos para ustedes. Conscientes de su futilidad, a lo que aspiran es a saborear su dolor. Tal vez es esa actitud lo más enfermo de su condición. Después de todo el masoquismo se da por convicción.

En los últimos días el sol parece menos intenso que antes. Sólo luz opaca parece venir de él. Abajo, frío y desesperación. El otrora llamado calor humano hoy no es suficiente. Aunque entre muchos, se sienten solos. El ánimo por vivir brilla por su ausencia.

Pero están ahí por su propio gusto. Aceptaron que los sumergieran en ese mundo de realidades virtuales, donde nada es como antes y lo que hay parece ser el holograma de otro tiempo mejor. Una violación consentida, ni más ni menos. - Todo tiempo pasado fue mejor, todo tiempo pasado fue mejor-, se repiten unos a otros para aliviar su frustración.

Su paso por la faz de la tierra arrastra clichés de la ciencia ficción. Nada es real, pero todo es posible. No hay nada en lo que pensar. Total, si ya se cobijan en la holgura de la modernidad de las revoluciones institucionales y las inteligencias militares, déjense llevar. Piérdanse, pero ya.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Oxímoron I.

Sus vidas son unas constantes e interminables figuras literarias. En el afán de definir, explicar, concretar, precisar, determinar, especificar, delimitar, fijar, individualizar, reducir, circunscribir, limitar, diferenciar, catalogar, distinguir, puntualizar, exponer, detallar, aclarar, razonar, procesar y mostrar todo crean conceptos nuevos que definan la existencia. La vida acaba por convertirse en un oxímoron. Del desencanto a la esperanza; del júbilo al desconsuelo; entre éxitos y descalabros.

Últimamente sus vidas –y sus blogs- parecen estar llenos de vacíos. Nacen, viven, crecen, se reproducen y mueren en un mundo de soledades compartidas. Ustedes, individuos de una sociedad de masas, se sientan condenados a esperar en sus jaulas de oro de importación.

Cada minuto parece tener su símil en el siguiente inmediato. Y ese, en el que sigue. Nada parece tener fin. Todo parece la reverberación y el eco de algo ya visto y escuchado. Ahora sus vidas parecen compuestas de instantes eternos, pero sin la dosis de esperanza ni la promesa de juventud eterna que esto antes significaba.

El tiempo es lo que menos les preocupa. Pero este no deja de correr. El reloj los mira a ustedes, con su amenazante serenidad violenta. Ahí está, con esa actitud que se sintetiza en su mirada de mátalos callando.

domingo, 1 de noviembre de 2009

El mexicano.

Reflexionando sobre las características que nos identifican como mexicanos noté que nuestra relación con el tiempo es algo curiosa, por decir lo menos.

Para empezar vivimos en el presente. El pasado es importante. Por algo tenemos ese respeto por los muertos. Pero lo cierto es que pocas veces nos arrepentimos de algo –quizá eso sea bueno- pero a la vez jamás aprendemos de nuestra historia. Parecemos condenados a repetir una y otra vez los mismos errores y, peor aún, ha preguntarnos cada vez por qué será que tenemos tan mala suerte.

Con el futuro la relaciones distinta. Si bien el mexicano (dicho en términos de Chava Flores) se la pasa soñando e idealizando el futuro – ¡¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano?!- pero pocas veces hace algo concreto por alcanzar ese ideal. Somos buenísimos para dar el primer paso (si algo tenemos es iniciativa), lo demás, creemos, llegará por añadidura o bajará del cielo. Si no ¿Cuántas primeras piedras de edificios o carreteras hemos puesto? ¿Cuántos propósitos de año nuevo como ahorrar, bajar de peso, etc. mueren después de haber abierto una cuenta o de comprar unos pants?

Lo último, es quizá lo más cotidiano. Es lo más común y es con lo que más nos identifican a nosotros y a nuestro uso del lenguaje. Es un término del que no se sabe con claridad el significado, duración o exactitud. Depende de la percepción del que lo dice y reta la paciencia del que lo escucha. De eso les escribiré ahorita pero después de cenar.