domingo, 6 de septiembre de 2009

Le profil métaphorique.







El perfil metafórico fue el ambicioso, y bastante freudiano, título de mi tarea de francés de la semana pasada, con motivo de repasar le conditionnel présent. No es juego, parece como algo que yo inventaría para atraer lectores a este pobre blog, pero sucedió y fue idea de mi profesora.

Sin entrar en mayores detalles de lo que consistió dicha tarea, les cuento que se trató de un cuestionario que aspiraba a revelar los más oscuros y ocultos secretos de nuestra personalidad, esos que nuestra propia psique traspapela entre otros recuerdos y pensamientos felices.

El perfil en cuestión, planteado vagamente – para desilusión de algunos y alivio de otros – concentró en doce preguntas lo que podría dar una idea de nuestra manera de pensar, nuestra capacidad de análisis y solución de problemas, nuestros sentimientos y emociones, intereses y limitaciones. Es decir, era una mini proyección (casi exhibicionista) del yo.

Mi emoción fue grande al ver que tenia que responder esto, y además escribir una composición al respecto (¡cof, cof!). Las ambiciones psicológicas de conocer, desnudar e interpretar al hombre por medio de manchas, asociación de palabras, dibujos, frases incompletas y demás tests siempre me han parecido, para decirlo en una palabra, una ridícula y pretenciosa mentada de madre. ¡Ah caray!, creo que fueron siete palabras. Dejémoslo entonces en utopía.

En este punto seria interesante comunicarles, y a los que ya lo saben recordarles, que soy hijo de una psicóloga. Así es, crecí entre pruebas, exámenes, estadísticas y reflexiones sobre el comportamiento humano, y aquí estoy, tan campante, escribiendo l o que escribo. Para los que tengan reprimido a su psicólogo interior y crean tener conocimientos sobre la materia por haber ojeado algunos libros en el Sanborn´s les aclaro que no, no tengo un odio oculto hacia mi madre.

Siempre he creído que la psicología es el colmo del afán clasificador, racionalizador y catalogador de nuestra era. ¿Analizar a cada hombre y mujer, uno por uno, para buscar patrones y así encerrar al resto en una categoría rígida? Hasta la sabiduría popular lo sabe: cada cabeza es un mundo. Esta disciplina es entonces inútil, o al menos muy ociosa. Concedo que es muy interesante y tentadora la idea de poder “entender y descifrar” el comportamiento humano. Las ciencias sociales intentan hacer lo mismo pero a otro nivel. Quizá por esa relación amor/odio con la psicología terminé en Relaciones Internacionales, aunque, después de meditarlo y verlo plasmado en mi monitor, me doy cuenta que sí hacemos lo mismo y trabajamos con la misma materia prima. Al fin y al cabo, la Política y las Relaciones Internacionales están hechas por el hombre y como tal son imperfectas, por tanto están sujetas al escrutinio de la psicología, para hallar así la explicación – o justificación y pretexto – a sus decisiones.

Para terminar, con ánimo reconciliador, debo admitir que a la última pregunta del perfil metafórico respondí: Psicología. La pregunta, sólo por si se lo preguntaban, decía: ¿Si no hubieras estudiado tu carrera que otra habrías escogido? Únicamente desde dentro podría conocer al objeto de mi resistencia, desde dentro podría cuestionarlo, como si de afiliarse al PAN se tratara. La curiosidad y el ánimo de joder habrían ganado.

Por cierto, ¿ustedes qué ven en estas manchas?

2 comentarios:

  1. Wow, acabo de descubrir que debí haber estudiado psicología... (NO!!) Vas a sacar mi yo reprimido? Ok cuando te vea te diré qué vi. :)

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  2. Te salió el complejo de Edipo...o al menos eso creo que diría mi hermnana la psicologa.

    Yo veo mariposas???...aunque tratandose de Freud han de ser unas pelvis??? jajajaja

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