(El martes próximo cumpliré un mes en la Heroica Puebla de Zaragoza (HPZ). Entre actividades académicas y otras de corte turístico se ha desarrollado mi experiencia “tesística”, como tuvo a bien llamarle “Monini” a esta temporada de mi vida.
La entrada que están a punto de leer vino a mi mente desde los días previos a mí llegada a esta santa ciudad. Pero es hasta ahora, con un mes deambulando entre poblanos – lo que me permitió adentrarme en la sociedad poblana y sus usos y costumbres-, que me siento autorizado a compartir lo que llamaré las “Aportaciones de Puebla a México y al Mundo”.
Antes de comenzar debo confesar que una pequeña voz dentro de mi cabeza me aconseja que no escriba las siguientes líneas. Esa voz no es la de mi asesor. Tampoco es el miedo a que la próxima cemita poblana que coma venga “bautizada”. Creo que le llaman consciencia. Por acá es mejor conocida como el Espíritu Santo. Sin embargo, acostumbrado desde pequeño a ignorar esas voces, vamos a la descripción de estas aportaciones poblanas (que no pipopes, pues eso causa escozor por acá. Yo lo aprendí a la mala).
Gastronomía: Yo solía suponer que estando a tan sólo dos horas del D.F. (qué lejos estoy del suelo donde he nacido…) la comida no podía variar tanto. Craso error. Aquí una pequeña lista de los que he encontrado –probado- por esta ciudad de los Ángeles (no confundir con L.A.): chanclas, pambazos (o sea hojaldras de mole, pero no les digan por que se ofenden), molotes (entre una quesadillota y una empanadota, pero se ofenden peor que con las anteriores si haces esa comparación), cemitas (de milanesa, carne enchilada, quesillo, jamón, carnitas, barbacoa o de pata… abran el apetito), tacos árabes y orientales (al pastor, pero sin adobo), chalupas y mole poblano (que, según vine a aprender, hasta galletas de animalitos le ponen).
Mención aparte merecen los gloriosos (y respecto a ellos me voy a parar de pie, como dirían los saben) Chiles en Nogada… hijos de su… Dios debe tener un lugar de privilegio allá en el cielo para las religiosas, pero para las monjitas que inventaron esta receta las debe tener un altar. Existen recetas y versiones sobre el origen de este platillo como ingredientes lleva el relleno de los mencionados chiles. Que si rompope, que si queso de cabra, manzana de Zacatlán, queso crema, perón, carne de cerdo o de res o de ambas, pasas, Jerez, nuez y almendra… en fin, lo único que es indisociable de este platillo son tres cosas: la granada, el cilantro y la salsa de nuez. Lo mejor es que elegí venir a la HPZ en la temporada de Chiles en Nogada.
Política: quizá este rubro sea el que mejor resuma lo que es capaz de producir este estado. Como prueba, sólo tres ejemplos (tres, pero con un poco más de investigación pudieron salir más):
- Manuel Ávila Camacho: Presidente de México de 1940 a 1946. Fue el último presidente militar de la República. Lo más relevante de su gobierno fue que dejó en el olvido aquello de la neutralidad que tan bien nos había funcionado en otras épocas y nos metió en el borlote de la Segunda Guerra Mundial (ni nada más ni nada menos, pobre Escuadrón 201). Sin jugarle a la teoría de la conspiración, habrá que reconocer que el hundimiento del Faja de Oro y el Potrero del Llano, se incluyen en los capítulo mas sospechosos de la historia mundial… como sea, el objetivo se cumplió: México colaboró con los aliados o, en otras palabras, no le vendió petróleo a las potencias del Eje.
Bastante más se podría decir de este ilustre político de Teziutlán, Puebla. Pero a manera de conclusión dos datos: 1) su hermano, Maximino Ávila Camacho (alguna vez excelentisimo gobernador de Puebla),tuvo fama de parrandero, mujeriego, jugador, represor y torturador. Una ficha el tipo. Es más, en Arráncame la vida, libro de Ángeles Mastretta e infumable película homónima (sí, yo de verdad la odié), el personaje de Giménez Cacho está basado en este - este sí- pipope. 2) La humilde casa del matrimonio Ávila Camacho en el Estado de México se convirtió, tras su muerte, en el fraccionamiento “La Herradura” (tenía el mismo nombre cuando era su “ranchito”), allá en Huixquilucan. Nada más.
La próxima continuaré con esta ilustrísima lista de personajes famosos y contribuciones de Puebla a la historia, la cultura y la vida nacional y del mundo mundial.)
Para finalizar y no perder la costumbre, me despido con las “gustadas” secciones de la Frase de Importación y la Imagen Huérfana.
La frase corresponde a parte del discurso que el General Ávila Camacho pronunció frente al Congreso en 1942, al declarar la guerra a las potencias enemigas:
"El estado de guerra es la guerra [¿neta? No má, es casi poético]. Sí, la guerra, con todas sus consecuencias; la guerra, que México hubiera querido proscribir para siempre de los métodos de convivencia civilizada, pero que en casos como el presente, y en el actual desorden del mundo, constituye el único medio para reafirmar nuestro derecho a la independencia y de conservar intacta la dignidad de la República."
M.A.C.
En la foto se puede ver el convento de San Francisco, antigua fábrica de textiles y hoy plaza comercial (como cambian las cosas) en una composición tomada por un servidor (por cierto, si me insisten lo suficiente, quizá algún día haga un fotoblog).
Saludos chilangada obscena y violenta.